Jornada ESI: Perspectiva de género
Sexo, género y Patriarcado
En esta jornada trabajaremos los conceptos básicos para introducirnos en la perspectiva de género. También reflexionaremos sobre la división sexual del trabajo y sus consecuencias. Una premisa importante para tener en cuenta en este recorrido es que la gran mayoría de las herramientas conceptuales sobre las que trabajaremos fueron forjadas al interior de las luchas del feminismo y los movimientos de la diversidad sexual. Su origen está signado por motivaciones políticas, entendiendo que frente a un orden social jerárquico y desigual era necesario crear herramientas teóricas para desafiar la forma naturalizada de leer las relaciones entre los géneros. Siguiendo a Florencia Abbate, desde la primera ola feminista nacida con la ilustración hasta nuestros días los feminismos han librado importantes batallas culturales “para que las mujeres pudieran ser ciudadanas, para que ya no fuera moneda común tener que someterse a un matrimonio arreglado, para ser admitidas en las universidades, para que exista un derecho laboral llamado «licencia por maternidad», para que se visualizara el injusto reparto de «las tareas domésticas» y la responsabilidad desigual de la crianza, para equiparar salarios, para cuestionar las múltiples formas de la violencia machista, para vivir por fin más libremente la sexualidad y el deseo, entre tantas otras cuestiones por las que fue y es necesario luchar” (Abbate, 2019: 11). En ese recorrido fue necesario construir herramientas conceptuales para desafiar el orden tanto institucional como doméstico que relegaba a las mujeres a un lugar de subordinación.Comencemos entonces con el concepto de género. El concepto de género elaborado por la teoría feminista se forjó en el marco de la llamada “segunda ola feminista” de los años ´60. Inspiradas por la frase de Simone de Beauvoir “No se nace mujer, se llega a serlo”, las feministas de los años ´60 hicieron del concepto de género una categoría central para la lucha y los estudios feministas. El “sistema sexo-género” fue entendido como “el conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana” (Rubin, 1996: 37). Con este concepto se buscaba desnaturalizar los roles, expectativas y capacidades diferencialmente asignadas a mujeres y varones.
En este esquema, el sexo refiere a las características físicas con las que las personas nacen y a partir de las cuales son clasificadas como machos o hembras: su genitalidad. El género, por el contrario, refiere a los sentidos culturales que se edifican sobre esa base biológica: el conjunto de definiciones, sentidos, expectativas y estereotipos sociales que se construyen en base a la genitalidad con la que nacemos. Todos estos sentidos forman parte de estructuras e ideas interiorizadas que aprendemos a lo largo de toda nuestra vida. En nuestras casas, en la escuela, en el club, en nuestros trabajos… en todos los espacios de nuestra vida social circulan sentidos sobre cómo son, cómo deberían ser y cómo deberían comportarse varones y mujeres. Estos sentidos van permeando nuestra manera de ver el mundo y de mirarnos a nostroxs mismos y a lxs demás. Son los que constituyen los estereotipos de género. Podemos definir a los estereotipos de género como los modelos socialmente establecidos sobre conductas esperadas para varones y mujeres. Los estereotipos de género son difíciles de cambiar. Esto es así porque constituyen el núcleo duro de un pensamiento hegemónico que tiene la capacidad de hacernos creer que algunas cosas siempre fueron de la misma manera, o que son así “naturalmente”, por lo cual no tendría sentido pensar en modificarlas. Sin embargo, en la medida en la que producen y sustentan situaciones de discriminación y opresión resulta necesario y urgente cambiarlas.
El género es un concepto que rechaza el determinismo biológico para explicar las diferencias sociales y culturales entre varones y mujeres. Como afirma Raewyn Conell “El género es una práctica social que constantemente se refiere a los cuerpos y a lo que los cuerpos hacen, pero no es una práctica social reducida al cuerpo” (1997: 35). El hecho de que muchas mujeres tengan la capacidad biológica de gestar y parir no explica por sí solo que hayan sido históricamente asignadas de forma exclusiva a las tareas de cuidado al interior del hogar. Si no hay causas biológicas que determinen que las mujeres hayan sido consideradas ciudadanas plenas mucho más tarde que sus pares varones o que aún hoy haya menos mujeres que varones ocupando cargos jerárquicos, ¿cómo se explican estas desigualdades?
El concepto de género ha permitido develar que los sentidos culturales construidos en torno a la feminidad y la masculinidad se enmarcan en relaciones de poder, opresión y dominación en las que las mujeres ocupan posiciones de subordinación y los varones de privilegio. Se trata de un concepto relacional: los sentidos culturales en torno a lo femenino se construyen en relación con lo masculino y viceversa. El sistema de opresión y dominación de las mujeres ha sido definido como patriarcado en tanto que “sistema de dominio masculino (que) se transmite e impone a través de la socialización de las personas, se reproduce mediante medios ideológicos y se sostiene desde las leyes y las instituciones” (Abbate, 2019: 204). La hipótesis que sostiene este concepto es que las principales instituciones de la modernidad (políticas, judiciales, militares, académicas, etc.) han sido lideradas por varones, por lo que su funcionamiento ha tendido a reproducir los privilegios masculinos en su influencia sobre lo social.
Actividad:
1. Les proponemos que lean la siguiente nota sobre la Ministra de Salud Dra. Carla Vizzotti:
2. En segundo lugar, les proponemos ver los siguientes video minutos en relación a las desigualdades en el ámbito de la ciencia y técnica:
Luego de la lectura de la nota y de la visualización de los videos reflexionen sobre las siguientes preguntas y compartan sus apreciaciones en el foro de la clase. Expliciten si consideran que conlleva desigualdad de género y por qué. Mencionen al menos dos conceptos trabajados en la clase para sustentar sus argumentos.
- ¿Qué estereotipos de género se movilizan en relación con el trabajo?
- ¿Qué expectativas/exigencias se tienen sobre las mujeres al ocupar puestos jerárquicos?
- ¿Qué dificultades encuentran para acceder a ellos?
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